De entre todas las enfermedades cuya frecuencia es mayor en verano, probablemente, ésta sea la más peligrosa, puesto que, llegada a situación límite, el organismo colapsa, produciendo la muerte. Por tanto, es fundamental tomar precauciones ante ella, especialmente por parte de aquellas personas obligadas a trabajar al sol y a altas temperaturas en verano y quienes forman parte de los grupos de riesgo que mencionaremos.
Cuando hace mucho calor, el principal mecanismo que refrigera el cuerpo es la sudoración. Pero en días excesivamente calurosos, el sudor puede no ser suficiente para eliminar el calor que acumulamos, por lo que nuestra temperatura corporal sube. Cuando sobrepasa los cuarenta grados la situación es grave y, si no se trata, y continúa ascendiendo, puede derivar en la muerte.
Por otra parte, algunos de los síntomas más comunes del golpe de calor son los siguientes: debilidad, dolor de cabeza y mareos, náuseas y vómitos, aceleración de los latidos del corazón, debilidad muscular y calambres, sensación de no poder respirar, piel caliente y seca, sin sudoración, e incluso, pérdida de conocimiento.
Asímismo existen grupos de riesgo a los que este fenómeno afecta más: personas mayores de setenta y cinco años; recién nacidos y niños pequeños; personas con problemas de movilidad, respiratorios o cardiovasculares; personas obesas; o quienes toman ciertos medicamentos, como diuréticos, son algunos de los que corren mayor peligro de sufrirlo.
Existen algunos consejos que podemos seguir para evitar este problema. Así, por ejemplo, beber abundante líquido –agua y zumos, pero nunca alcohol ni bebidas que contienen cafeína-, nunca hacer deporte en las horas de más calor, usar ropa ligera y de colores claros, y procurar protegernos del sol con un sombrero o una sombrilla.
Ante la sospecha de que alguien padece un golpe de calor, lo mejor que podemos hacer es avisar a los servicios de urgencias, pero, entretanto llegan, hay algunas cosas que nosotros podemos hacer. Así, debemos trasladar a la persona a un lugar frío, a la sombra, quitarle la ropa innecesaria y abanicarlo. Igualmente, es recomendable mojarle la piel con compresas de agua fría y darle a beber agua o bebidas mineralizadas que no estén frías, sino del tiempo.
Por último, debemos señalar que tener un golpe de calor hace que, durante unos días, seamos más sensibles a las condiciones calurosas. Por ello, es recomendable reposar durante unos días y no exponernos al rigor del sol. El médico nos orientará sobre cuándo podemos volver a hacer vida normal.
fuente:
http://www.aprendergratis.com/el-golpe-de-calor.html
¿Qué debo hacer si pienso que tengo un golpe de calor?
http://corriendoatodocorrer.blogspot.com/2010/07/golpe-de-calor-e-insolacion.html
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