lunes, 19 de diciembre de 2011

Navidad, niños y buenos modales: ¿cómo lograrlo?

En esta época donde abundan las reuniones sociales, cenas y celebraciones religiosas, los padres han de prestar especial atención a las buenas maneras que sus hijos presentan en este tipo de escenarios, los cuales involucran el acato de las normas de urbanidad y la adecuada interacción con otros.

Como ya se ha mencionado en entregas anteriores, las buenas maneras son la expresión de lo mejor que hay en nosotros para darnos a los demás, como una muestra de respeto y atención, ubicándonos ambas partes en el mismo nivel y dándole a entender al otro que es tan valioso como lo soy yo. Además, expresan el nivel de conciencia que tenemos hacia la dignidad de los otros.

Es por eso, que una época tan maravillosa como ésta, no puede estar despojada de los modales, que no son otra cosa que la expresión de paz, armonía y amor; banderas de la Navidad. Los siguientes son algunos de los espacios propios de estas festividades, donde tanto grandes como chicos, debemos sacar a relucir la buena educación.

Los buenos modales en la mesa

Un indicador de la crianza de un niño es la forma como se comporta en la mesa. El ejemplo y las costumbres sanas a la hora de comer, son determinantes en los buenos modales de los hijos. Repase con ellos cada uno de los siguientes puntos:

  • A no ser de que sea un niño pequeño que apenas comienza a utilizar los cubiertos, siempre se deben usar el cuchillo y el tenedor para comer, no las manos.
  • La comida es para llevar a la boca, no para jugar, por eso no se hacen bolitas con las migas de pan, ni nada parecido.
  • A nadie le interesa ver ni oír lo que sucede dentro de la boca, por eso se debe masticar con la boca cerrada. Esto incluye no hablar mientras se esté comiendo.
  • Se debe comer lento, con calma, disfrutando de los sabores que se están saboreando y de la conversación que marcha en la mesa.
  • No llenar la boca de comida, pequeños bocados es más apropiado.
  • La postura en la mesa es clave; la espalda recta, los codos abajo, las manos a lado y lado del plato.
  • Ya sea en el restaurante o en una casa, siempre hay que agradecer a quien nos sirve los alimentos y no está de más una frase halagadora “estaba exquisito, gracias”.
  • Si la comida no es de tipo buffet (autoservicio) siempre debemos esperar a que todos estén servidos antes de comenzar a comer.
  • La comida debe permanecer en el plato, no desparramada por toda la mesa. Se le puede enseñar a los niños a usar un pequeño trozo de pan para ayudarse.
  • Si queremos algún alimento u objeto que está en la mesa pero nos es imposible de alcanzar, es mejor pedirlo a quien está más cerca, en lugar de estirarse para lograrlo.

Modales en las celebraciones religiosas

Durante la Navidad asistimos a varias celebraciones alrededor de esta fiesta litúrgica, en todas ellas, debe haber total disposición hacia lo que verdaderamente celebramos: el nacimiento del Niño Jesús. Estar dispuestos también significa cuidar la forma de vestir, la puntualidad y la conducta en estos rituales.

Asimismo, desde las primeras edades de los hijos, se les debe inculcar el respeto por el templo sagrado. Mientras estamos en las ceremonias no se debe comer, ni hablar, ni quitarse los zapatos, ni recostarse en las bancas de la iglesia, pues es un momento para hablar con Dios y prestar atención a su Palabra.

Las misas de niños pueden ayudar a capturar el interés y facilitar la comprensión de los más chicos.

En el rol de invitados y anfitriones

Las tertulias caseras que se realizan en torno a la Navidad o fin de año, admiten un protocolo informal; lo que quiere decir que, aunque el trato sea más cálido, también hay unas normas básicas qué seguir.

Invitar amigos y familiares a casa es una experiencia agradable para muchas personas y así hay que transmitirlo a los hijos, para que sean los mejores representantes de la hospitalidad y de ese “calor de hogar” que queremos emitir a los invitados. En los niños el hecho de ser anfitriones, les ayuda a desarrollar la generosidad, la tolerancia, la humildad, entre otros valores, sobre todo cuando los invitados son chicos de edades semejantes.

En el rol de invitados, padres e hijos deben demostrar respeto por las personas que amablemente han abierto las puertas de su hogar. Las palabras “gracias”, “por favor”, “podría”, deben estar siempre presentes. En el caso de los bebés, los padres deben estar al pie de ellos, cuidando que no dañen objetos que puedan estar a su alcance.

Por supuesto todo lo dicho en párrafos anteriores, va muy ligado al ejemplo que como padres se demuestre. Recordemos que la imitación es una de las estrategias más efectivas para enseñar los buenos modales, no hay mejor ejercicio que los niños observen al resto de la familia, para darse cuenta del buen comportamiento en los diferentes contextos. Las actuaciones de los adultos siempre están bajo la mirada de los pequeños, ¡así que mucho cuidado!

http://www.lafamilia.info/index.php?destino=/EstiloFamiliar/estilofamiliar.php?

No hay comentarios:

Publicar un comentario