miércoles, 28 de julio de 2010

El silencio de los hombres golpeados

Muchos no buscan ayuda porque el maltrato de sus esposas o hijos es un duro golpe a su estima

Dos de cada siete denuncias que se reciben por maltrato familiar a adultos corresponden a hombres golpeados, coincidieron un sociólogo y una psicóloga, aunque estas cifras son extraoficiales.

Un hombre golpeado es aquel que es habitualmente agredido, en forma física o verbal, por su esposa, sus hijos o por quienes conviven con él.

La gran diferencia que caracteriza a los hombres golpeados de las mujeres maltratadas es que éstos, por una cuestión cultural, no suelen denunciar la situación que padecen.

Clarisa Voloschín, profesora titular de la cátedra de Sociología de la Infancia, la Adolescencia y la Juventud de la UBA, explicó esta distinción: "No suele haber cifras del maltrato en los hombres porque no hacen la denuncia, y menos si son golpeados por mujeres. La norma que impera en nuestra sociedad para los hombres es el coraje".

Según cifras aportadas por la Dirección de la Mujer, que pertenece al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el 38 por ciento de las mujeres es golpeado, en tanto que el dos por ciento de los hombres sufre las mismas agresiones.

Pese a que las cifras aumentan día tras día, el gobierno porteño no cuenta con un centro específico para atender esta cuestión.

El presidente de la Fundación de Asistencia y Estudios Psicológicos Argentinos, Aldo Forno, coincidió con Voloschín: "Es muy pequeño el porcentaje de hombres que plantean que su mujer, sus hijos o algún otro familiar producen sobre ellos violencia física".

Un golpe a la estima

La población que se conoce en estos casos es pequeña porque "para la estima de un hombre es tan denigrante plantear un caso de este tipo que acalla su problema hasta que logra tener mucha confianza con el profesional como para planteárselo", explicó Forno.

"Por el tipo de sociedad patriarcal en la que vivimos, la golpeada suele ser la mujer. A un hombre le cuesta admitirlo", consideró Noemí Aumedes, a cargo de la Dirección General de la Mujer.

Como sucede con la mayoría de los problemas de violencia familiar, la situación empeora día tras día y los maltratos aumentan puertas adentro y con más de un cómplice.

Si bien cuando se habla de violencia familiar se suele pensar en la agresión física, el maltrato verbal o psicológico es a veces mucho más doloroso.

Forno estimó que "la valorización que se hace de los actos del hombre y cómo se le habla suelen ser formas de violencia mucho más comunes de lo que se cree".

La agresión verbal es más citada ante los profesionales por los hombres que por las mujeres, aunque éstas también suelen padecerla.

"La desautorización de la palabra frente a los hijos es sumamente agresiva para los hombres, aunque la comunidad tiene poca conciencia de esto. Cuando este tipo de críticas no se realiza en la intimidad, las agresiones se transforman en graves denigraciones", dijo Forno a La Nación .

Muchas esposas que agreden verbalmente a sus maridos terminan siendo mujeres golpeadas.

"La intensa agresión de sus mujeres afecta su masculinidad y hay hombres que no pueden solucionarlo si no es con violencia física", expresó Forno.

Las causas del problema

"La principal causa consiste en el hecho de que se trata de matrimonios enfermos, aunque los problemas económicos, la falta de trabajo y las adicciones aumentan las formas de violencia", expresó Noemí Aumedes.

Como en casi todas las consultas por violencia familiar, los especialistas indicaron que el maltrato a los hombres existe en todos los estratos sociales, aunque señalaron que la mayoría de los casos se registra entre hombres de 25 a 45 años.

"La causa es que el hombre está siendo desplazado del lugar de proveedor de los bienes de la familia. Al disminuir su salario o quedar sin trabajo, aparece una situación que daña su autoestima y aumenta la agresión del grupo familiar hacia él", dijo la licenciada Voloschín.

Desde una perspectiva sociológica, el licenciado Jaime Barylko explicó que la causa puede ser el cruce entre las nuevas expectativas de la mujeres y la realidad que se les presenta.

De acuerdo con el sociólogo, una de las razones por las cuales las mujeres pueden sentir cierto resentimiento hacia sus maridos es el hecho de que ya no sólo se ocupan de las labores de la casa y de sus hijos, sino que ahora deben salir a trabajar como los hombres para mantener su familia.

"Como la mujer no abandonó los papeles clásicos, y carga con ambos, atraviesa un síndrome de resentimiento y decepción que no confiesa.

"Muchas mujeres viven en una encrucijada caótica entre el hogar y el trabajo, y su casa es el único lugar de desahogo para ellas. La mujer pelea contra el varón que la oprime y el hombre golpeado, en este caso su marido, es un representante de esta opresión", señaló Barylko.

En la fundación que Forno preside se presentaron varias consultas de hombres. "De los 500 llamados que recibimos durante el año último, más de 100 fueron de hombres con este problema."

Ayuda inmediata

Al mismo tiempo, Forno recordó que la mayoría de las consultas es de urgencia y en forma personal.

"La consulta aparece cuando esa violencia cede, cuando esa situación se interrumpe.

"El hombre no sale solo de un problema como éste. La consulta le sirve de apoyo para pensar en otros proyectos", añadió.

En los teléfonos que el equipo de la Ayuda Psicológica Telefónica Gratuita tiene destinados a aquellos que atraviesan algún problema, no se ha recibido ningún llamado de hombres que denunciaran ser golpeados.

La licenciada Gloria Camba, a cargo del servicio, explicó:"Funcionamos hace un año y medio, y de los 1200 llamados que recibimos en este tiempo, nadie lo hizo por este problema".

Camba reconoció que alrededor del 5 por ciento de los llamados correspondía a mujeres maltratadas y añadió: "Creo que el hombre lo oculta más y si lo plantea es en otros ámbitos".

Cynthia Palacios

Las agresiones a los ancianos

La licenciada Clarisa Voloschín se refirió a una nueva categoría de hombres golpeados: los ancianos.

Estos hombres ya no poseen fuerza suficiente para detener las agresiones de sus victimarios que, contra toda lógica, suelen ser sus propios hijos.

Por otra parte, en la mayoría de los casos, su indefensión física y económica los hace aún más vulnerables a los golpes. El hecho de no tener un lugar adónde ir para escapar de esta violencia los convierte en el blanco perfecto.

Tendencia alarmante

"Esta tendencia crece y nosotros vemos que el doble de hombres, con respecto a las mujeres, es internado en geriátricos para evitar el conflicto familiar", explicó Voloschín.

La especialista destacó que en general se trata de hombres que no se han ocupado de la crianza de sus hijos y "por eso resultan una carga para su familia".

La tendencia indica que la población masculina en los geriátricos es dos veces mayor que la femenina.

Las razones por las cuales se decide internar a una persona mayor varían según el sexo. En el caso de ellas, el detonante para la internación es el deterioro físico, mientras que los hombres mayores suelen ser internados para evitar problemas familiares.

"Cuando pasan de trabajar a la jubilación pasiva, surgen los problemas en el hogar y muchas de estas discusiones terminan a los golpes", precisó la licenciada.

Violencia mutua

En la Dirección de la Mujer informaron de otra tendencia, no menos alarmante: "Cada vez es más frecuente encontrar a matrimonios en los que el hombre y la mujer se golpean mutuamente.

"Cuando uno de ellos comienza a ser golpeador, es común que se terminen golpeando los dos. Después, aun sin proponérselo, esa agresión pasa indefectiblemente a los hijos", señaló Noemí Aumedes, directora del organismo.

Como asesora de distintos programas, la licenciada Voloschín está en contacto con cerca de 7000 grupos familiares y observó que en un 30 por ciento de estas familias la violencia está en aumento.


fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=69516

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