Edificar una empresa por más pequeña que sea, es una decisión que puede ilusionar y asustar al mismo tiempo. Lo cierto es que si se prevé que será beneficioso -después de un estudio bien hecho, con las consultas correspondientes-, entonces es un riesgo de entera validez.
El emprendimiento
Un término que ha tomado fuerza en las últimas décadas y conocido en todo el mundo. Numerosas universidades han integrado esta asignatura a su oferta educativa, pues ya es considerada como una necesidad primaria. Se refiere a una corriente administrativa centrada en la motivación para crear empresa. Entre sus fines, está el darle dinamismo a la economía e invitar a las personas a desarrollar sus aptitudes en los diferentes campos del saber.
“La palabra emprendimiento proviene del francés entrepreneur (pionero), y se refiere a la capacidad de una persona para hacer un esfuerzo adicional por alcanzar una meta u objetivo, siendo utilizada también para referirse a la persona que iniciaba una nueva empresa o proyecto, término que después fue aplicado a empresarios que fueron innovadores o agregaban valor a un producto o proceso ya existente.” *gerencie.com
Sin embrago, alguien que debe desvincularse del empleo que ha tenido durante años, piensa varias veces antes de mover sus fichas (lo que es apenas lógico), pues emprender nuevos rumbos nunca será un paso fácil, implica esfuerzo y un proceso de asimilación del cambio.
Miedos y obstáculos
La osadía de abandonar un empleo para hacer realidad un sueño, crea tanta adrenalina como si se tratara de un juego de azar; se arriesgan unas cosas para ganar otras. En gran medida, lo que obstaculiza la creación del propio negocio, es salir de la zona de confort, acción que tanto temor y desajuste genera. Adicional a esto, existen otros elementos que son llevados a juicio, como la estabilidad laboral y por supuesto el salario fijo que dejará de recibir.
Pero de otro lado, está la satisfacción de alcanzar una cumbre, de hallar la felicidad en el quehacer diario y en la posibilidad de poner al servicio de otros el conocimiento, así como poder brindar unas mejores condiciones a quien más se lo merece: la familia.
Ser el propio jefe
Ser independiente tiene sus ventajas, al igual que algunas menos beneficiosas que deberán ser evaluadas desde un comienzo y luego requieren ser asumidas con responsabilidad y madurez.
Entre las mayores ventajas de tener la propia empresa es la de conciliar la relación trabajo – familia, pues de esta forma no hay que cumplir esquemas tan rígidos establecidos por algunas organizaciones y se podrá disponer del tiempo. Pero a la vez, hay otros asuntos que deberán ser analizados con “cabeza fría”, como es la estabilidad económica temporal que permitirá la subsistencia mientras que el negocio da sus frutos, de manera que las necesidades familiares no se vean afectadas.
Entre tanto, al momento de poner en marcha un plan de negocio, lo mejor es asentar en la balanza los pros y contras, detenerse en cada uno de ellos y extraer conclusiones reales.
Decálogo del emprendedor
Estos son algunos tips para aquellos que piensan iniciar un negocio.
Sea muy cuidadoso con el manejo del dinero. Elabore un presupuesto de ingresos y gastos. | |
El optimismo debe ser la bandera del emprendedor, aunque es factible que los primeros meses sean arduos. | |
Habrá que empezar de a poco, sin sobre limitar las capacidades. Invierta una pequeña cantidad y evalúe si el proyecto tiene éxito. | |
Asuma su negocio casero como si fuera una gran empresa. Dele el “toque” profesional a su trabajo. | |
Habrán momentos de mayores ingresos que otros. En aquellos donde se genere buenas ganancias, es recomendable separar un poco para cubrir los gastos fijos del mes próximo. | |
No se gaste toda la ganancia, reserve un poco para reinvertirla y poder crecer más y más. | |
Piense siempre en cómo puede mejorar sus procesos por simples que sean. | |
El “voz a voz” es la mejor estrategia de mercadeo, clientes contentos son los que engrandecen los negocios. |
Fuente: gerencie.com
Fuente: LaFamilia.info
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