sábado, 20 de marzo de 2010

Ser un caballero no es cuestión de cultura, sino de educación


A veces nos cuesta trabajo comportarnos como caballeros porque pensamos que ya no se lleva o que haremos el ridículo delante de los demás. Incluso llegamos a asociar la palabra con una serie de actos y reglas tontas hechas sólo para personas estiradas. Y no es sólo cuestión de vestimenta. Etiqueta, modales o caballerosidad se ven como una barrera social, como algo que sólo a los de nariz levantada les interesa y no a nosotros, personas comunes y corrientes. La caballerosidad no es cultura, sino educación. A las mujeres nos sigue gustando que un hombre tenga gestos, detalles que denotan que se nos presta atención.

Si usted ha perdido la costumbre, vuelva a recuperarla a través de estas sencillas normas.



  • Un caballero recuerda las fechas, los lugares, es puntual.

  • Un caballero va bien vestido, perfumado, y nunca llega con las manos vacías.

  • Un caballero escucha y es paciente, no le interesa ganar una discusión.

  • Un caballero siempre le abre la puerta a una señora, le cede el asiento, el paso, la ayuda a quitarse el abrigo o a cargar cosas. El hecho de que lo hagan no implica que las mujeres sean inferiores, sino que son más elegantes.

  • Un caballero siempre habla bien de la mujer con la que tuvo su última relación amorosa.
    Tenga en cuenta el dicho: “A una mujer no se le pregunta a donde va, de donde viene ni la edad que tiene”.

  • Un caballero no dice groserías en presencia de menores, de mujeres o de personas mayores.

  • Un caballero no monta un escándalo cuando le rechazan la tarjeta, ofrece otro método de pago o trata de solucionar el problema de forma razonada.

  • Un caballero siempre apaga su teléfono móvil al entrar a una conferencia, clase, reunión o ceremonia.

  • Un caballero no aparca en medio de la raya que marca cada plaza de parking, en espacios reservados para minusválidos u otros usos especiales, y abre la puerta con cuidado para no golpear el coche de al lado.

  • Un caballero siempre paga sus deudas o apuestas de juego.

  • Un caballero siempre utiliza las palabras comodín en toda relación social: “por favor”y “gracias”.

  • Cuando llega tarde a una ceremonia o al teatro espera el momento oportuno para entrar y trata de molestar lo menos posible a quienes se encuentran ya sentados.
    Si no sabe idiomas no trata de aparentar que domina una lengua.

  • Un caballero siempre piensa antes de hablar y nunca interrumpe a los demás.
    Cuando alguien le ataca verbalmente, le contesta con elegancia, inteligencia y sin agresividad.

  • Un caballero sabe decir frases como: “No se, no he leído ese libro”, “no conozco ese autor” o “no he visto esa película”.

  • Un caballero no se queja de su situación financiera ni habla del precio de las cosas. Lo que ha costado su traje, lo que ha costado el vino que sirve, etc.

  • Un caballero acepta una disculpa y sabe ofrecerla cuando es necesario.
    En presencia de personas que hablan otro idioma, un caballero no habla mal o se burla de ellos.

  • Un caballero habla en voz baja y con prudencia en lugares públicos.

  • Un caballero presenta a dos personas mediante cumplidos.

  • Un caballero se queja de la manera correcta.

  • Un caballero nunca se alegra de los errores ajenos, porque supone que la persona que ha errado lo último que necesita es su burla.

Pueden parecer muchas, pero utilizando sólo una seguro que tendrá un bonito gesto de agradecimiento. Y usted, ¿cree que falta o sobra alguna? ¿cree que es anticuado o que la caballerosidad nunca pasa de moda?


http://camisas.wordpress.com/2008/01/31/ser-un-caballero-no-es-cuestion-de-cultura-sino-de-educacion/

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